La entrevista de trabajo (II)

Una vez realizada la práctica de la semana anterior, la entrevista de trabajo, recibimos en el aula a un director de recursos humanos. Se nos acerca la figura del tan temido entrevistador. Esto nos ayuda a recordar que todos somos personas, distintos roles, pero personas; y no se mis compañeros, pero a mi eso me ayuda a mantener la cabeza fría a la hora de la verdad.

La charla transcurre con normalidad, comentando todo lo que en la entrada anterior habíamos dicho, pero, a través de su experiencia realizando entrevistas de trabajo en la Fnac, nos va ejemplificando cada consejo con una anécdota ocurrida.

En un momento de la reunión, se me viene a la cabeza, diversos conceptos estudiados en cursos anteriores, la comunicación no verbal, y el hecho de que la entrevista empieza antes incluso de que el entrevistado se presente. La inseguridad, es analizada a través de cualquier gesto, como el hecho de ir acompañado a la entrevista, retrasarse, o simplemente tocarse la cara en el momento de contestar una de las preguntas. Poco tiempo, un puesto, muchos candidatos.
Como ya comentamos con anterioridad, es importante la filosofía de la empresa. La Fnac, tiene una filosofía radicalmente opuesta a la de otras empresas de su misma corte lo que permite que sus trabajadores no lleven un uniforme obligatorio, o puedan llevar piercings o tatuajes, evidentemente respetando unos límites. Esto sería impensable en cualquier otra empresa. Este hecho sin embargo, como nos cuenta el director de recursos humanos de la Fnac, no quita para que los candidatos a cualquier puesto deban de asistir de una manera respetable a la entrevista, aseados (en algunas anécdotas nos cuenta que esto deja mucho que desear en algunos entrevistados), vestidos adecuadamente para la ocasión (ha visto vestimentas demasiado estrafalarias).

A modo de conclusión, esta charla sirve para acercarnos más al mundo laboral, al mundo real al que dentro de no mucho tendremos que dar el salto. Los entrevistadores son también personas, y quién mejor para darnos unos pequeños consejos, que alguien que ha vivido multitud de situaciones a las que tendremos que enfrentarnos en un futuro cercano.